martes, 1 de diciembre de 2009

PRESUNCIÓN DE CULPABILIDAD



Artículo 24:

"1. Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión.

2. Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia.

La Ley regulará los casos en que, por razón de parentesco o de secreto profesional, no se estará obligado a declarar sobre hechos presuntamente delictivos."


Eso es lo que dice la Constitución Española. Pero la realidad, parece ser distinta. No nos guiamos por la presunción de inocencia. Presumimos la culpabilidad hasta que no se demuestra lo contrario. El último caso, el joven parleño acusado en Canarias de abusar y asesinar a la hija de su pareja. Eso sí, presuntamente. Como si añadir esa pequeña coletilla nos eximiera de poder cometer una equivocación. Porque enseguida los medios, audiovisuales, gráficos y cibernéticos , condenaron a Diego Pastrana. Y una, que ve la televisión, que escucha la radio y que lee los periódicos, se  lo creyó. ¡¡¡Tonta de mí!!!. Pero, cómo dudar, si las informaciones hablaban de toda clase de atrocidades, dando pelos y señales de los abusos sin comedimiento alguno, mientras se mostraba la imagen del supuesto culpable cuando era detenido entre los insultos vecinales. Al parecer, todo fue un lamentable error. La autopsia ha revelado la verdad. Un accidente, la caída fortuita de un columpio, más una serie de despropósitos, fueron la causa de la muerte de la niña. Diego Pastrana es inocente. Y si los medios le han prestado atención cuando le creían culpable, ahora han de hacer lo posible por restituir su dignidad y honorabilidad. Como si el dolor por la muerte de la chiquitina no fuera bastante, tiene que cargar con este lastre durante toda su vida porque siempre habrá quien acudiendo al refranero persista en señalarle, diciendo que "cuando el río suena, agua lleva". Pues no. El río ni suena, ni lleva agua. Está seco.  Al parecer han tenido que procurarle protección policial porque el vecindario no se cree que la muerte de la pequeña haya sido provocada por esa fatal caída, y Pastrana ha tenido que ser ingresado, presa de los nervios, ¡¡¡Qué menos!!!. Lo deseable es que se investigue el caso, que se aclaren responsabilidades y que cada cual asuma su culpa. Y por supuesto, que se le indemnice por el daño causado. Y debían hacerlo de oficio sin que Diego tuviera que iniciar acciones judiciales. Porque ahora  es el momento más propicio, justo cuando la Constitución, la ley de leyes, está de cumpleaños. En estas fechas de jornadas de puertas abiertas en el Congreso y el Senado , - ¡¡¡Cómo molan las colas de jubilados muertos de frío esperando el chocolatito en la Carrera de San Jerónimo!!!, y no digo nada del Sr. Rajoy respondiendo con no pocas sandeces a una horda de niños impertinentes que inundaron las instalaciones genovesas, de la Calle Génova, se entiende -, es hora de demostrar que la Constitución no es papel mojado, que se cumple y que sirve para algo más que para apoyar o desmentir al Estatuto Catalán y para que a los políticos se les llene la boca de demagogia burda y barata. 


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