Las glosas emilianenses se han señalado tradicionalmente como un punto de partida, un primer atisbo de castellano, allá por el siglo X. (?) Palabrejas sueltas, manuscritas por los monjes, en San Millán de la Cogolla ( La Rioja). Quién iba a decir que once siglos más tarde nos encontraríamos hablando y celebrando la buena salud de una lengua en constante evolución. Porque hoy se ha presentado en la Real Academia Española, la Nueva Gramática de la Lengua. La primera desde 1.931. Y digo yo, ¿no iba siendo hora?. La primera que tiene en cuenta al resto de las academias que comparten y enriquecen nuestro idioma. Y eso, hay que celebrarlo, porque siempre es bueno sumar y no restar. Porque un compendio como este hacía falta como el comer. En esta era tecnológica, en la que el saber se nos ofrece como un lupanar, a un sólo clic, es bueno recordar que tenemos libros a los que agarrarnos para no perder nuestras raíces. Para fortalecerlas con savia nueva. Yo debo ser de las pocas que se entretiene leyendo los diccionarios en lugar de los diarios deportivos. Porque veo que, de algún modo, retrocedemos. No hace muchos años, la cultura era un lujo. Nuestros mayores no podían escudriñar en el abecedario porque no habían tenido la oportunidad de aprender a leer. La ignorancia era una imposición y un triunfo de los necios. Ahora, ya somos más avanzados. Tenemos a nuestros hijos escolarizados, en centros bilingües, con actividades extra extraescolares, y con pc's encima de sus pupitres. Niños que por fin han aprendido el alfabeto pero que lo han olvidado porque la incultura también está a un paso de ratón y el saber no ocupa lugar, para mal de muchos y consuelo de los tontos.
Las glosas emilianenses se han señalado tradicionalmente como un punto de partida, un primer atisbo de castellano, allá por el siglo X. (?) Palabrejas sueltas, manuscritas por los monjes, en San Millán de la Cogolla ( La Rioja). Quién iba a decir que once siglos más tarde nos encontraríamos hablando y celebrando la buena salud de una lengua en constante evolución. Porque hoy se ha presentado en la Real Academia Española, la Nueva Gramática de la Lengua. La primera desde 1.931. Y digo yo, ¿no iba siendo hora?. La primera que tiene en cuenta al resto de las academias que comparten y enriquecen nuestro idioma. Y eso, hay que celebrarlo, porque siempre es bueno sumar y no restar. Porque un compendio como este hacía falta como el comer. En esta era tecnológica, en la que el saber se nos ofrece como un lupanar, a un sólo clic, es bueno recordar que tenemos libros a los que agarrarnos para no perder nuestras raíces. Para fortalecerlas con savia nueva. Yo debo ser de las pocas que se entretiene leyendo los diccionarios en lugar de los diarios deportivos. Porque veo que, de algún modo, retrocedemos. No hace muchos años, la cultura era un lujo. Nuestros mayores no podían escudriñar en el abecedario porque no habían tenido la oportunidad de aprender a leer. La ignorancia era una imposición y un triunfo de los necios. Ahora, ya somos más avanzados. Tenemos a nuestros hijos escolarizados, en centros bilingües, con actividades extra extraescolares, y con pc's encima de sus pupitres. Niños que por fin han aprendido el alfabeto pero que lo han olvidado porque la incultura también está a un paso de ratón y el saber no ocupa lugar, para mal de muchos y consuelo de los tontos.
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